Aunque en estos momentos ando más ocupado en la investigación del centli, o sea el maíz, como lo llamaban los pueblos de lengua náhuatl, para una de las salas del Museo de Arte e Historia de Guanajuato; me da gusto que los dioses egipcios aún no se olvidan de mi. La verdad que yo creía que por un rato los dioses mesoamericanos me iban a hacer la vida difícil, ya que se pusieron un tanto celosos de que les hice mucho caso a los de la tierra del Nilo, pero parece que llegaron a un buen arreglo sobre el dsitino de mi k3 y de mi b´.
Pues resulta que hace unos días me llegaron a mi correo electrónico una serie de preguntas de ahora mi buen amigo Santiago Solbes, a quien no conozco personalmente, sobre el dios Amón. En verdad que fue un placer poder contestar a sus preguntas ya que me dio oportunidad de volver a revisar varios de mis textos favoritos y de poder compartir lo poco que se sobre la religión del antiguo Egipto. Me gusta poder compartir las cosas que me apasionan, y esto lo hago porque a diferencia de muchas personas que he conocido en múltiples andares y desandares Burocráticos-Antropo-Arqueológicos, mi filosofía personal siempre ha sido que el conocimiento es para compartirse y que debe de estar al alcance de todos, solo así podremos avanzar como sociedad.
Pero bueno, basta de rollos, entrando en materia, el caso del dios Amón es bastante interesante ya que es un claro ejemplo del manejo político de la religión por parte de las casas reales y de los sacerdotes del antiguo Egipto. Vamos por partes.
No es que Amón fuera del todo un dios menor, más bien era un deidad local que compartía culto con el dios mntw -Montu- en la ciudad de Iwny que los griegos llamaron Hermonthis. Su nombre original, que en antiguo egipcio es ỉmn (más adelante explico esto) se puede traducir como “el oculto” y era considerado como la personificación del poder creador asociado a las aguas del nwn -Nun- el océano primigenio. También se asociaba al aire que mueve las cosas por lo que fue llamado “el padre de todos los vientos” y “el alma del viento”. Como se puede ver , Amón era un dios importante pero más bien asociado a las acciones que ocurren "tras bambalinas" y en este sentido no contaba con la notoriedad de Horus, el cual justamente personificaba al Estado egipcio que se "encarnaba" en el faraón.
Sin embargo en el Imperio Medio, en la dinastía XII, (c.1980-1790 a.C), Amón empieza a ser, por así decirlo, "promovido" ya que las familias de los monarcas de este periodo eran originarias de Iwny y de w3st -Tebas- siendo Amón su "santo patrón" al cual le agradecían y dedicaban sus victorias tanto políticas como militares. Aquí los propios nombres de los reyes nos revelan que es lo que estaba ocurriendo. Mientras que los faraones de la dinastía XI (c.2150-1990 a.C) se llaman Intef (nombre fonético) y Mentuhotep (que significa: Montu esta satisfecho), en la dinastía XII nos encontramos con los Amenemhat (que significa: Amón esta adelante) y con los Senusert o "Sesostris" (que significa: El señor de Wsert "La Poderosa" que era una diosa leona bastante canija que al parecer fue la esposa de Amón y que después se asimilo con Mut y con Hathor). De esta manera, el pobre Montu fue relegado como patrono de la región; y a Amón se le nombra Nb W3st -Neb Waset- “El Señor de Tebas”. Aún con toda esta "promoción divina" a Amón le esperaban aún más glorias en el siguiente periodo de esplendor cultural.
A partir del Imperio Nuevo (c.1550-1070 a.C) se asoció al dios Sol y pasó a ser una de sus manifestaciones, llamándose ahora ỉmn r´ -Amón-Ra- llegando a elaborase una cosmogonía con préstamos de otros sistemas, como el de Heliópolis, para otorgarle un papel de mayor preponderancia. De la teología menfita se retomó el concepto de la creación por medio de la palabra y se llegó a considerar al dios como parte de una "trinidad" en la que Amón es el nombre, Ra el corazón y Ptah el cuerpo. Esto en realidad fue un "teje y maneje" político de los sacerdotes de Amón, ya que de igual manera los faraones de principios del Imperio Nuevo, más en particular los de la dinastía XVIII eran originarios de Tebas y quisieron enarbolar a sus casas reales y a su dios patrono, de ahí, que Amón pasara a ser una deidad "Nacional". De igual manera, basta analizar los nombres de algunos de los faraones más famosos: Los Amenhotep (que significa: Amón esta satisfecho), Tutankhamon (que significa: La viva Imagen de Amón). Sin embargo en la dinastía XIX, los monarcas son originarios del área de la otra capital del país: inb ḥḏ -ineb hed- "muro blanco" también conocida como ḥwt-k3-ptḥ -hut-ka-Ptah- "la casa del ka de Ptah" que no es otra que la ciudad que conocemos como Menfis la cual, siempre fue de tendencia más "solar" ya que su vecina era Heliópolis, la ciudad consagrada a Ra, el dios Sol. De ahí que tengamos a todos los Ramsés (que significa: El nacido de Ra) y que en este periodo se le diera igual o hasta más importancia a Menfis en vez de a Tebas.
En un primer acercamiento, todas estas "versiones" del mismo dios parecen ser algo confusas; ya que uno de los problemas que tenemos al adentrarnos al estudiar la religión egipcia es nuestra propia visión "occidental" de las cosas ya que se nos ha enseñado que solo hay de dos sopas. El monoteísmo y el politeísmo, uno es blanco y el otro negro y fin de la historia. Sin embargo, la realidad es que existen una gran gama de "grises" y en el caso egipcio es más interesante aún, porque hay veces que uno puede jurar que es un politeísmo-animista y en otras un monoteísmo-abstracto. Por ejemplo, Ra, el dios Sol, es Khepri-Ra en la mañana, Ra-Horakhty al mediodía y Atum-Ra en el atardecer y cada una de estas advocaciones puede actuar independientemente como un dios único. Por si esto no fuera ya complicado (para nosotros) cualquier dios puede al mismo tiempo ser una advocación de Ra, si la ocasión lo requiere, (solo hay que fijarse como a muchos dioses y diosas se les representa con el disco solar) y de esa forma tenemos a Montu-Ra, Sobek-Ra y claro Amón-Ra. En este último caso, a veces se le nombra "El dios único que se convierte en millones" o bien "Aquel que habita en todas las cosas", título que enfatiza su carácter de esencia de todo el cosmos. O sea, se refieren al concepto de ubicuidad, es Ra que se manifiesta en ese momento como Amón, pero que nunca deja de ser Ra ni tampoco deja de ser Amón. Sencillo no?.
Ahora bien, hay una duda etimológica que ya varias personas me han expresado en diversas ocasiones y que se refiere a otra grafía con la que se encuentra el nombre de Amón, ya que a veces puede ser Amen. La pregunta va en el sentido de que si Amen tiene algo que ver con el amén que se usa en las liturgias de las religiones de origen judeocristiano.
La respuesta es no. La palabra "Amén" que usamos en occidente proviene del hebreo אמן -amen- y en el árabe también se usa como آمين -Āmīn-. y que significa "en verdad" en el sentido de que es un colofón que refirma las plegarias y que se traduce como "así sea"; como una fórmula para concluir las oraciones. Sin embargo no tiene nada que ver con el dios egipcio, que como ya vimos su nombre significa "el oculto", aquí la confusión deviene de las diferentes traducciones. Creo que esto párrafos que escribí para la lección 3 del curso de jeroglíficos lo explican:
"Los egiptólogos utilizan una forma especial de notación conocida como “transliteración”. Éste es un recurso que se utiliza para poder transcribir y traducir la lengua del antiguo Egipto en una forma más legible con respecto a nuestro propio sistema de escritura. La transliteración se usa en los estudios de gramática, en las listas de signos, diccionarios y en artículos dedicados a analizar los más variados temas. En este sentido, la persona que desee estudiar más a fondo la cultura faraónica debe de familiarizarse con este recurso. Cada signo jeroglífico se transcribe utilizando consonantes que reflejan su valor fonético aproximado. Por ejemplo: el sonido “Kh” generalmente se translitera como “J” en castellano y como “X” en lengua inglesa. Sin embargo, la forma más correcta de transliterar es utilizando caracteres con acentos diacríticos que indican con mayor exactitud las diferentes inflexiones en la vocalización. En el caso del ejemplo anterior se utiliza la ḫ. De la misma forma, para hacer la comunicación académica más fácil, se han tenido que implementar ciertas convenciones para la lectura y traducción de los textos. Las dos reglas básicas son: En algunas ocasiones, las consonantes débiles se leen como vocales y entre las consonantes fuertes se inserta una vocal, generalmente la “e” para ayudar a pronunciar las palabras. Esto ha sido motivo de no pocos debates sobre la forma correcta de vocalización original del lenguaje del Egipto faraónico. Uno de los ejemplos más ilustrativos es el nombre del dios tutelar del Imperio Nuevo. En los textos en lengua inglesa y alemana se traduce generalmente como Amun, en francés como Amen y en lengua española como Amón. Todas estas traducciones son correctas, ya que en realidad la transliteración del nombre es ỉmn."
Por último, y solo como curiosidad, cerro, se dice en náhuatl "tépetl" y en árabe coloquial "tepe" (aunque es más correcto el nombre "tell") y esto no quiere decir que las dos lenguas estén emparentadas, Otra, en árabe egipcio contemporáneo agua, se dice "maya" pero esto no significa que estén pensando en las selvas del Peten o en Pakal.