¿Cuantas veces no hemos oído o proferido la frase tomar al toro por los cuernos? refiriéndonos a la actitud de valentía, cuando nos enfrentamos a un problema grave. Bueno, esta expresión no era ninguna metáfora para los antiguos minoicos de la edad de bronce, cuya cultura se desarrolló en la isla de Creta entre los años 3000 y 1400 a.C.
Dentro de sus ceremonias religiosas se realizaba la: ταυροκαϑάψια, en transliteración: taurokathapsia y castellanizada como: "taurocatapsia"; que consistía en efectuar acrobacias sobre el lomo de un toro salvaje. Probablemente se realizaban en el gran patio central de los palacios como Κνωσός "Knossos" adaptados para la ocasión.
Una de las más completas representaciones de estas temerarias practicas (porque saltar encima de un toro embravecido no es cosa de mariquetas) se encuentra en una pintura al fresco en el Museo de Ηράκλειον, "Heraklion" en la isla de Creta.
Esta pintura estaba originalmente ubicada en las paredes del ala este del palacio de Κνωσός "Knossos" . La escena está enmarcada por unas franjas multicolores formadas por unos elementos punteados y rayados que se sobreponen en forma de escamas. Sobre un fondo azul liso, sin paisaje, un joven realiza una acrobacia: una especie de salto mortal por encima de un gran toro salvaje. Una joven toma los cuernos del toro mientras otra levanta los brazos esperando la caída del atleta. Todos visten faldellín y una especie de botines; su cabello es negro y largo.
Las figuras presentan ausencia de sombras y están representadas en "perspectiva torcida", es decir, las extremidades en perfil y los ojos en posición frontal, cinturas estrechas, anchos hombros, manos pequeñas, piel oscura para las figuras masculinas y blanca para las femeninas, una convención artística adoptada del arte egipcio. La imagen representa una acción dinámica. El movimiento del atleta se expresa mediante la flexión de las piernas y el vuelo de los cabellos. Piernas, torso y cabeza definen un arco, a pesar de que las tres figuras mantienen un aspecto rígido y esquemático. La figura del toro, en cambio se destaca por el detalle anatómico y el efecto de dinamismo y flexibilidad que ofrecen las curvas de la cabeza, el lomo y la cola. La minuciosidad en la representación del pelo, las pezuñas, los cuernos y las manchas en la coloración del pelaje son un ejemplo de la maestría del estilo minoico.
Esta pintura ha servido como inspiración para ilustraciones que aparecen en los libros de divulgación científica como los de editorial Time-Life. Esta en particular es de un precioso libro titulado: "La epopeya del hombre".
Ilustración de Rudolph F. Zallinger P. 138
La ficha bibliográfica en donde se encuentra está y muchas más ilustraciones de este tipo es:
Ross, Norman P. & Hardy Jerome S. (ed)
1960 "La epopeya del hombre" Ed. Time-Life Nederland N.V.
Después de este breviario cultural, pues no queda más que seguir aguantando taurokathapsia para sobrellevar el trabajo. Más información en este link.